Rosa Mª
López Monís
Licenciada
en Biología Molecular por la Universidad SEK de Segovia
Máster en
Análisis Clinícos por la Universidad de Granada
Máster en
Dietética y Dietoterapia por la Universidad de Valencia
Formada por
Doctor Raymond Hilu en Medicina Ortomolecular
Formada por
Doctor Goiz en Biomagnetismo
Formada por
Dr Young en Microscopía celular
Datos de
contacto:
Tlf: 959 284944
Desde el principio de los tiempos las enfermedades
constituyen una de las grandes lacras de la humanidad. Gracias al progreso la
civilización tiene cada vez más éxito en la lucha contra ellas, aunque estamos
aún lejos de su erradicación.
A pesar de los inmensos avances tanto en el
diagnóstico como en el tratamiento de las enfermedades uno de los problemas que
se presentan es el de averiguar su causalidad exacta, pues aunque los actuales
métodos de diagnóstico médico consiguen resultados muy precisos en lo referente
a etiquetar enfermedades que padece la raza humana, estos sólo se refieren al
aspecto físico de las mismas. La era del diagnóstico que comienza cuando
Roëtgen descubriera los rayos X, se ha desarrollado de tal modo que actualmente
no hay zona del cuerpo humano que no podamos explorar desde el punto de vista
físico. Pero aún así no somos todavía capaces de tratar con éxito un gran
número de enfermedades.
La Microscopía Morfológica Celular es fundamental
como herramienta de gran valor
preventivo. El análisis celular de la
sangre se lleva a cabo mediante varios
métodos de diagnóstico: campo oscuro, contraste de fases y test de coagulación.
El sistema de microscopía morfológica celular permite llegar hasta los 60.000
aumentos y ver todo tipo de bacterias, parásitos y hongos e identificarlos
siguiendo la estela de trabajo de Béchamp quien demostró que la sangre no es
estéril, además se pueden diagnosticar a través de una gota de sangre aquellos
fallos celulares que en el momento del análisis son causas de los síntomas del
paciente y pueden derivar en futuras enfermedades con el tiempo.
La lista de científicos que han utilizado la
microscopía celular la encabeza el doctor alemán Günther Enderlein (1872-1968)
quién investigó a fondo el mundo del pleomorfismo identificando diferentes
morfologías sanguíneas y fallos celulares que sirvieron para establecer la base
de la medicina celular. Según el monomorfismo, doctrina mayoritariamente
aceptada hoy, la sangre y los tejidos
sanos son estériles, de modo que es imposible el desarrollo de microbios y no
se da ninguna importancia al estado del terreno dónde se encuentra, crece y se
reproduce ese microorganismo. El pleomorfismo afirma todo lo contrario. En el
pleomorfismo se entiende que todo microorganismo puede transformarse a fin de
adaptarse a fin de adaptarse a las condiciones cambiantes del terreno en el que
vive. De tal forma que puede llegar a transformarse en bacteria, hongo o
parásito pasando por distintas formas intermedias que dependen del pH en el que
se encuentre. Con lo que es posible apreciar todo tipo de bacterias y
simbiontes, hongos y parásitos moviéndose libremente por el plasma sanguíneo.
Los mejores resultados se consiguen utilizando un
microscopio óptico de entre 20000 y 60000 aumentos con una potente fuente de
luz (cerca de 150 Watios) y varios objetivos, especialmente de campo oscuro,
contraste de fase y luz directa. Al no utilizar ningún tipo de tinción (sólo la
lumínica) se obtienen resultados no adulterados, al contrario de lo que ocurre
cuando se añade cualquier producto a la muestra que se estudia.
Con esta tecnología se puede llegar a prevenir
muchas enfermedades, especialmente las cardiovasculares, incluso con 50 años de
antelación. Se han reportado muchos casos de pacientes con un
electrocardiograma perfecto que luego han sufrido un ataque al corazón . Esto
no significa que su corazón haya fallado de repente y que de estar sano haya
pasado a pararse, sino que simplemente la serie de fallos celulares que
pudieran llevar a un paro cardíaco no se tuvieron en cuenta, que sólo se
tuvieron en consideración posibles fallos eléctricos.
Al analizar una gota de sangre del paciente con
medicina celular pueden descubrirse en menos de 20 minutos todos los
desarreglos celulares que están dando pie a una o varias patologías o que
pueden llegar a causarlas y después actuar en consecuencia.
El procedimiento es sumamente sencillo: se extrae
una gotita de sangre del dedo y se coloca en un porta donde se deja coagular.
Posteriormente se extrae otra gota de sangre y se observa en un microscopio de
alta potencia proyectándolo en una
pantalla para que el paciente pueda observarlo y así tomar conciencia.
A través de la prueba de sangre coagulada se pueden
estudiar condiciones patológicas, detección de procesos inflamatorios,
toxicidad y disbiosis intestinal. Con el estudio de la sangre viva se puede
identidicar la situación nutricional, presencia de microorganismos como
bacterias, hongos o parásitos, viabilidad del sistema inmune, circulación, etc…
Este test puede darnos por tanto información NO
SOBRE ENFERMEDADES (diagnóstico) sino SOBRE FACTORES DE RIESGO
(predisposiciones) que tenga la persona. Esto es muy importante porque este
tipo de estudio microscópico nos permite adelantarnos a la enfermedad que seguro aparecerá sino se cambian los hábitos
de vida. Por lo tanto como medida preventiva es muy importante hacerse
este tipo de estudio regularmente para
valorar las deficiencias, acumulaciones o tendencias hacia las cuáles se dirige
nuestro organismo.
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